¿Por qué hemos perdido la confianza en la economía de libre mercado durante las últimas décadas? Esta es la pregunta que guió el seminario en el que participó el economista Jordi Gual el lunes 3 de junio, en el marco del ciclo «El futuro del capitalismo» de la Fundación Ciudadanía y Valores. 

La ponencia inició con un diagnóstico sobre la sociedad actual: existe una insatisfacción respecto al sistema capitalista. Es considerado un sistema volátil, por la inflación y crisis económicas que ha generado en muchos países. La desigualdad es otro punto por el cual el capitalismo es criticado. Este sistema es muy eficiente para generar grandes riquezas, sin embargo, no las distribuye de una forma equitativa.

Jordi Gual resumió los puntos principales de su más reciente libro Confiar no tiene precio (Debate, 2024), donde explora las causas que han conducido a este malestar respecto al capitalismo. Para él, una de las causas principales es la pérdida de confianza entre los individuos.

Al desarrollar una relación comercial, los intereses de los individuos están contrapuestos, y uno no puede saber a ciencia cierta si el otro cumplirá con aquello que ha prometido. Lo único que nos permite acceder al intercambio, a pesar de la incertidumbre, es la confianza. Para que el sistema de libre mercado funcione, hace falta cierta cooperación cuya base es la confianza.

¿Por qué se ha deteriorado la confianza?: «La confianza no tiene precio» -afirma Gual, citando el título de su libro- «sin embargo, sí que tiene coste». Al confiar, corremos un riesgo: el otro siempre puede fallar. Lo mismo sucede cuando permitimos que otros confíen en nosotros: asumimos una responsabilidad moral que nos obliga a ser generosos. Sin embargo, esto parece ser contradictorio con nuestra idea del capitalismo. Según Gual, asociamos el capitalismo con el individualismo y el egoísmo; pensamos que los individuos solo prosperarán en este sistema si priorizan sus propios intereses. Sin embargo -afirma Gual- ello no es congruente con lo que planteó Adam Smith: «Además del amor propio, es importante preocuparse por los demás».

La pregunta lógica que se sigue de la exposición de Jordi Gual es: ¿cómo recuperar la confianza? La confianza «se viraliza», propone el economista, tanto en un sentido negativo como en uno positivo. Si uno no cumple con sus promesas, entonces genera un ambiente de desconfianza. Por el contrario, si uno cumple con aquello que promete y se muestra como digno de confianza, entonces facilita que los demás estén predispuestos a confiar. Por ello, es necesario recurrir a políticas públicas regulatorias y redistributivas que sean capaces de fomentar un ambiente de confianza, y recuperar el espíritu de comunidad y la búsqueda del bien común.

Parece ser, concluye Gual, que en un contexto en donde se ha perdido la confianza en los otros, el capitalismo ha perdido la capacidad de satisfacer las necesidades de quienes participan en él. Sin embargo, nos recuerda que la legitimación fundamental del sistema de economía de libre mercado no recae en ello; su verdadera legitimación se encuentra en su capacidad de proveer libertades políticas y económicas. En ese sentido, el capitalismo es una base necesaria para construir una democracia liberal, y por ello, es un sistema por el cual vale la pena apostar.

En esta sesión también participaron José María Martínez, miembro del claustro del Máster Universitario en Economía Internacional de UNIR, y Jose María Beneyto, director de la Fundación Ciudadanía y Valores, como moderador.